JUNIO 6, 2009
El día de entre todos los días
LEA: 2 Timoteo 2:1-4
Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. —2 Timoteo 2:3
Posteriormente, Winters reflexionó sobre su primer día en combate: «Esa noche, reservé un tiempo para agradecer a Dios por mantenerme a flote ese día de entre todos los días… y que, si de alguna manera me las arreglaba para volver a casa, Le prometí a Dios y a mí mismo que encontraría una parcela tranquila en algún lugar y pasaría el resto de mi vida en paz». Winters sabía que debía resistir hasta que llegara ese día.
La Biblia nos dice que los creyentes quedan atrapados en un conflicto iniciado por la rebelión de Satanás contra Dios. Debido a esto, somos desafiados a «sufr[ir] penalidades como buen[os] soldado[s] de Jesucristo» (2 Timoteo 2:3). En los días de Pablo, los legionarios romanos sufrían al servicio del emperador. Como seguidores de Jesús, puede que se nos llame a hacer lo mismo por el Rey de reyes.
En el cielo ya no experimentaremos tales dificultades, sino que disfrutaremos de una paz perdurable con el Salvador. Por ahora, hemos de perseverar por fe.
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